Un recorrido intrigante de sabores y emociones envuelve el descubrimiento de Fernet-Branca, un viaje único en su género destinado a forjar una relación nueva, vibrante e infinita.
Tres sorbos para conocerse y para no dejarse nunca más.
El primer sorbo es pura abducción y descubrimiento repentino de lo inesperado: la verdad que se revela.
El sabor amargo natural de Fernet-Branca, típico de sus hierbas, se presenta al paladar con firmeza mostrando su calidad, como el íncipit de una gran novela, y escondiendo el conjunto de sus secretos. Y es precisamente cuando se piensa que dejarlo estar es el mejor camino, cuando despierta la curiosidad de afrontar otro sorbo.
El inicio de un viaje envolvente, para descubrir el amplio abanico de especias que dialogan armoniosa y secretamente entre sí.
El paladar percibe la profundidad del sabor de las hierbas botánicas y de las especiadas y comienza, por sí mismo, a recomponer la estructura gustativa de Fernet-Branca.
El olfato percibe la presencia de la mirra y con ella una inesperada suavidad, al tiempo que su sabor amargo se vuelve sofisticado, tánico, agradablemente balsámico.
Ahí es cuando con el tercer sorbo reside el placer, reforzado por la dificultad del viaje que acabamos de emprender. El deleite ensalza los aromas más reconfortantes de las especias y la frescura de las hierbas, poniendo en evidencia ahora el espíritu exótico de Fernet-Branca.
La experiencia ahora se ha transformado y las notas más dulces y delicadas de las plantas y de las flores se adueñan, dejando un fondo de sabor amargo. La respuesta olfativa se completa y el paladar está listo para acoger continuos descubrimientos gracias a todos los sorbos que seguirán.
